El cuidado de la piel es tan importante como el cuidado de cualquier otra parte de nuestro cuerpo. Muchas veces, invertimos en productos para el cuidado facial, pero, a pesar de eso, no logran cumplir con nuestras expectativas y no mejoran la calidad de nuestra piel. Incluso, nos generan irritación y empeoran los síntomas.
Tener una rutina diaria de cuidado, utilizando productos adecuados para nuestro tipo de piel, es fundamental para mantener una piel saludable, hidratada y libre de imperfecciones. Asimismo, no debemos descuidar la salud de nuestra piel desde nuestro interior. Un cuidado integral de nuestro organismo, mente y emociones, se reflejará en el exterior.
¿Qué es la piel grasa y cómo reconocerla?
La piel grasa se caracteriza por una producción excesiva de sebo. Esto es resultado de una hiperactividad de las glándulas sebáceas. El sebo, compuesto por triglicéridos, esteres de cera, escualeno y ácidos grasos libres, tiene múltiples funciones en la dermis. Su presencia es necesaria, ya que protege la piel frente a agentes irritantes externos y microorganismos, así como también tiene propiedades antimicrobianas. Además, la secreción sebácea, ayuda a mantener la hidratación brindando flexibilidad a la piel.
No obstante, el problema surge si es producido en exceso. En apariencia, la piel grasa, se distingue por su aspecto oleoso, el brillo, una textura gruesa y poros visiblemente dilatados. Es propensa a la aparición de puntos negros, granos y rojeces. Además, las condiciones propias de la piel grasa pueden promover la proliferación de bacterias que causan acné.
¿Cuáles son las causas de la piel grasa?
Las posibles causas son diversas y pueden tener distintos orígenes:
- Genética o factores hereditarios.
- Cambios hormonales.
- Factores climáticos: los climas cálidos y húmedos provocan congestión cutánea e hiperhidrosis (sudoración excesiva que repercute en la superficie cutánea).
- Uso de productos incorrectos: el uso de productos inadecuados puede empeorar la condición de la piel grasa, especialmente aquellos que causan deshidratación.
- Alimentación y estilo de vida: los alimentos ultraprocesados y el estrés favorecen al taponamiento de los folículos pilosebáceos (donde se da el crecimiento del cabello), lo cual contribuye a la formación de lesiones acneicas.
Para despejar dudas o ante alguna sospecha sobre el origen de la piel grasa es fundamental la consulta con un dermatólogo, para poder definir sus causas y prevenir problemas más graves.
¿Cómo cuidar la piel grasa?
Si tenés este tipo de piel es importante recurrir a una rutina diaria. La obstrucción y dilatación de los poros puede conducir a la proliferación de bacterias y a la aparición de comedones y acné. El objetivo del tratamiento debe ser reducir la grasa en la piel mientras se mantiene una adecuada hidratación.
Se recomienda realizar una rutina de cuidado dos veces al día (por la mañana y por la noche) y después de hacer ejercicio. Es crucial elegir cuidadosamente los productos para evitar un efecto rebote y no dañar la piel. Además, es importante que evitemos tocar y frotar la piel del rostro, ya que la suciedad puede ingresar en los poros, como también es probable que terminemos esparciendo el exceso de aceite, agravando el problema.
¿Qué ingredientes benefician a este tipo de piel?
Para poder aplicar un tratamiento efectivo, debemos elegir los productos indicados para nuestro tipo de piel, para poder brindarle la protección que necesita, sin que resulte perjudicial para el cutis.
Primero vamos a definir los productos que NO tenés que usar si tenés piel grasa: aquellos a base de aceite. Es fundamental siempre elegir productos oil-free, no comedogénicos y libres de alcohol. Lo mejor es optar por fórmulas a base de agua y glicerina. Los productos que contienen aceite pueden saturar la piel del rostro, obstruir los poros y aumentar la producción de sebo. Por otro lado, los productos con alcohol pueden causar sequedad e irritación en la piel. También evitar productos con perfumes y fragancias.
Siempre debemos revisar los ingredientes de los productos de maquillaje que usemos y aplicar la misma regla: ¡libres de aceite y de alcohol! Recordá desmaquillarte siempre antes de ir a dormir, de lo contrario la piel puede irritarse y empeorar la condición de la piel seborreica.
¡La piel grasa también necesita hidratación!
Otro mito muy extendido es que, al tener exceso de grasa, la piel ya tiene la humectación que necesita. La realidad es que, en una gran cantidad de casos, las personas con piel grasa también padecen de una piel deshidratada. Los desbalances en la barrera cutánea afectan directamente sus funciones, entre las cuales está la retención de la humedad natural.
Por eso, una crema humectante es esencial para prevenir los daños que puede causar la sequedad, proteger la piel de los agentes externos y preservar la textura de la piel. Su efecto matificante minimiza la apariencia de los poros, los brillos y reduce el exceso de sebo. Es importante elegir una crema hidratante ligera, no comedogénica y formulada específicamente para pieles grasas.
Productos recomendados para el cuidado de la piel grasa
- Las aguas micelares eliminan el exceso de sebo y son excelentes desmaquillantes. Se aplican directamente sobre la piel con una esponja o disco de algodón y no necesitan enjuague.” El agua micelar de Caviahue está conformada por agua termal y es libre de fragancias, aceites y parabenos. Ayuda a suavizar y limpiar la piel, con un efecto calmante.
- Las espumas o geles de limpieza ayudan a regular la fabricación de grasa y limpian los poros en profundidad, evitando la aparición de puntos negros. Muchas espumas de limpieza contienen ácido salicílico, cuyo poder de acción estimula la sebo-regulación de las glándulas.
- Para complementar el cuidado, es recomendable utilizar un sérum para piel grasa a base de agua. Nuestro Sérum Nz es un gran sebo-regulador, por lo que ayuda a equilibrar la piel. Además, su fórmula con niacinamida al 10% tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
- Una crema o gel hidratante es fundamental para preservar la humectación. En el caso de la piel grasa, se recomienda usar un gel, ya que tiene un mayor contenido de agua y resulta más ligero en su aplicación. El gel hidratante facial, libre de aceites, está compuesto por agua termal y ácido hialurónico. Es de rápida absorción y es perfecto para hidratar y proteger el rostro.
Exfoliante, ¿sí o no?
La piel grasa debe ser tratada con precaución para evitar daños con los productos incorrectos. Sin embargo, el uso de un exfoliante adecuado puede ser muy beneficioso para la piel.
Las arcillas y los fangos tienen una excelente capacidad de absorción de la oleosidad, lo que los convierte en productos ideales para el tratamiento de la piel grasa.
El fango termal volcánico de Caviahue reduce el tamaño de los poros, elimina impurezas y restaura la hidratación. Recomendamos aplicar una mascarilla de fango volcánico una o dos veces por semana.
¿Y la piel mixta?
La piel mixta es una combinación de más de un tipo de piel. Una de las condiciones más comunes es la combinación de piel grasa en la llamada “Zona T” de la cara (comprendida entre frente, nariz y mentón) y piel seca o normal en otras áreas.
Si tenés este tipo de piel, podés aplicar la misma rutina de cuidado, ya que muchos de los productos mencionados son perfectos para todo tipo de piel. De hecho, el agua micelar y la espuma facial son muy recomendables para pieles mixtas. Si el resto de tu rostro presenta sequedad, podés optar por aplicar un sérum hidratante únicamente en esas zonas.
Rutina de skincare para piel grasa
Los dermatólogos destacan la importancia de una limpieza profunda para el tratamiento de la piel grasa, de lo contrario el resto de la rutina podría no dar resultados.
- Agua micelar: Aplicá un poco de agua micelar en el rostro con la ayuda de un disco de algodón. Esto ayudará a eliminar cualquier residuo de suciedad o maquillaje y dejará la piel fresca y limpia.
- Limpieza: Aplicá una espuma facial en el rostro masajeando suavemente la zona a limpiar, enjuagá con agua tibia. Esto removerá el exceso de sebo, restos de polvo y células muertas. Una limpieza adecuada puede liberar los poros y remover bacterias de la superficie.
- Sérum: Aplicá de 3 a 5 gotas de un sérum sebo-regulador en tu rostro y masajeá suavemente hasta que se absorba. Este sérum ayudará a regular la producción de sebo y a mantener la piel equilibrada. Además, sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes beneficiarán la salud de la piel.
- Gel hidratante: Aplicá una pequeña cantidad de gel hidratante con ácido hialurónico. Masajeá suavemente hasta que se absorba por completo.
- Protector solar: Durante el día, aplicá un protector solar con factor de protección alto (SPF 30 o más). Recordá elegir uno oil-free y de textura ligera. Esto protegerá tu piel de la radiación y ayudará a prevenir el envejecimiento prematuro y los daños causados por el sol.
Es importante respetar el orden de los productos y cremas para que los resultados sean eficaces y logres una absorción óptima.
Tratamiento de día y de noche
Para asegurar su efectividad, es importante seguir esta rutina dos veces al día, como primera actividad del día a la mañana y antes de ir a dormir. También es recomendable repetirla después de hacer ejercicio. Siguiendo estos pasos, podrás lograr buenos resultados y gozar de una piel firme y saludable.
La piel es el reflejo de nuestro interior; ningún tratamiento será suficiente si no nos mantenemos hidratados, controlamos nuestra alimentación (por ejemplo, al elegir una nutrición antiinflamatoria), adoptamos hábitos saludables y, sobre todo, cuidamos nuestra salud emocional. El bienestar se alcanza cuando hay armonía entre nuestro organismo, nuestra mente y nuestras emociones.
Si te interesa seguir leyendo sobre el bienestar de la piel, te recomendamos nuestra nota sobre cómo cuidar la piel en invierno.
¿Tenés alguna rutina preferida para tratar la piel grasa? ¿Conocías alguno de estos productos? ¡Te leemos en los comentarios!